Los "protas"

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De madre aventurera, hija trotamundos. Una aporta la experiencia, otra el sentido común. La suma de las dos: una serie de vivencias inolvidables y unos recuerdos indelebles.

jueves, 16 de julio de 2015

Guadalajara en un llano ... México como alternativa a la llanura...

Ahora entiendo por qué España se llena de rubios blanquecinos en verano. Ahora comprendo por qué ese afán de parecer gambas relucientes ... no es más que una carencia de sol y calor, ese casi haber olvidado lo que es sudar y pensar que incluso el desodorante es algo alternativo para los maniáticos...

La verdad que no se si es por esa necesidad de recargar energía solar o porque también me he visto empujada a buscar un destino de relax, donde no tuviera que pelear, complicarme la existencia, donde las cosas fueran fáciles e incluso el idioma resultara increíblemente familiar. Me costó meses decidirme, las circunstancias personales tampoco ayudaron y las últimas semanas pensé que incluso acabaría por cancelarlo todo y buscarme una semana en algún resort del Mediterráneo, pendiente también de cerrar algunos trámites domésticos. 

Pero.. finalmente lo conseguí. Organicé todo de forma que podría escaparme. Sí: huir sería casi la palabra adecuada. Y México parecía un destino algo manido, algo usual, pero cuadraba perfectamente con mi necesidad de descansar, desconectar y dejar de lado algunos momentos. En busca de paz y felicidad, para reencontrarme también con esa niña de mis ojos que este año se ha convertido en una pequeña mujercita, a la que veo escapar de la niñez con rapidez desmesurada. Y no quiero perder un segundo de poder disfrutar de esos momentos. Se lo debo. Nos lo debo.

El polo opuesto a nuestro país de adopción, Holanda (o debería decir Países Bajos), una inmensa llanura verde llena de vacas. Aquí también hay llanos casi infinitos, pero los horizontes apenas se divisan, interrumpidos por altas vallas que definen la privacidad o anuncian algún lugar o actividad excitantes.

Viajar con Air Europa al menos propicia la conversación, la lectura, la reflexión... Esa carencia de entretenimiento en el vuelo (Areia no recordaba lo que era un avión sin vídeo personal) era, cuanto menos, compensada por la amabilidad de las azafatas, que con gracia y salero incluso te cobraban los 3 euros por auricular para ver una película que, en realidad, lo que precisaba eran binoculares. Debo decir que, por el precio del billete (que no es un chollo) el servicio deja mucho que desear y tiene detalles exageradamente cutres. Sin contar con que, de nuevo, esa demostración patria del patético nivel de inglés, pueda ser tan latente en un servicio tan público. 

10 horas pueden ser muy largas. Pero al menos una pasajera con alergia a la zanahoria nos mantuvo un rato entretenidas (con drama lacrimógeno incluido), o la mamá con dos retoños escapistas, o los de la fila del kosher, que tenían a las azafatas persiguiéndolos por todo el avión... Sinceramente, no hay como no tener mucho que ver para encontrar el verdadero entretenimiento. Eso, y un libro para ir descansando de tanta acción. 

La bienvenida a Cancún fue una bofetada de humedad y calor. Y cajeros automáticos que se negaban a darnos dinero. Unos pocos dólares nos sacaron del apuro cuanto menos para tomar un bus al centro. La lluvia decidió acompañarnos un tramo del trayecto y en cuestión de 45 minutos nos encontramos en Cancún centro. 

México es todo amabilidad. La gente es abrumadoramente encantadora. Nada más salir de la estación y al vernos tratando de leer la letra pequeña de un mapa (la edad va haciendo estragos) ya se estaba acercando un señor a ayudarnos... Dimos una pequeña vuelta hasta encontrar nuestro hostal, dado que la costumbre de poner los nombres de las calles no está muy arraigada y encontrar una dirección es todo un reto. Nuestro hostal, además, carecía de un simple cartel, con lo que era casi imposible reconocerlo. Sólo en  una segunda vuelta de reconocimiento logramos encontrarlo. 

Y unos pocos minutos más tarde, darnos un repaso con agua fría y aterrizar en una cama con sábanas blancas impolutas. Sueño, sed y cansancio.

Bienvenidas a México!!

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