Martes, 28 de agosto.
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Grupo de bañistas en las fuentes termales de Poring
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Le hemos cogido carinyo a esta ciudad. Nos suele pasar con estos pueblos de tamanyo medio, anodinos y que son mas bien cruces de caminos. Esos lugares a los que nadie presta atencion y donde la vida cotidiana suele ser un trajin intenso por sobrevivir. Ranau es lo mas lejano a un centro turistico, es genuino, autentico y la cotidianeidad discurre con total normalidad.
Ayer recorrimos casi todo el pueblo (sus cuatro calles de ancho y sus cuatro de largo) buscando alojamiento. Cuando nos sale el lado racano no hay quien nos gane. Vimos varias opciones muy dignas por 80/85 ringgits (unos 20 euros) pero nos parecia excesivo para seguir con nuestro presupuesto, asi que seguimos buscando algo mas economico. Dimos con PSJ Transit Lodge, una pension en un segundo piso, algo constrenyida pero aparentemente tranquila.
Cuando ya nos habiamos asentado nos dimos cuenta que el banyo tenia lavabo y ducha, pero no taza de vater. Nada que no sea subsanable, pues estaba justo al lado y se podia comer en la tapa. Ademas estaba justo en las mismisimas afueras, junto a un mercadillo vespertino (en el que acabamos de zamparnos un estupendo "pisang goreng"). La situacion ideal. No parecia haber ningun karaoke a la vista. Todo perfecto.Y 65 ringgits. Con lo ahorrado nos sufragabamos la cena.
Nos quedamos viendo una peli chorra americana que daban en la tele. Miguel dormitaba. Al poco apagamos la luz y tratamos de dormirnos. Areia cayo. Miguel daba vueltas. De pronto, de la nada, se empezaron a oir gritos desgarradores de una mujer. Primero pense que seria de duelo, de pena, de dolor. Pero seguia gritando de forma tan atronadora que parecia irreal. Luego me vino a la cabeza una escena de violencia domestica. Seguia sin cuadrarme. Pense que igual se le estaba quemando la casa. Miguel debio tener el mismo pensamiento, porque ya se habia vestido para salir a ver que estaba pasando. Yo hice lo propio y le segui, no solo intrigada sino por temor de que mi chico estuviera - como suele ser habitual- metido en algun barullo.
Los gritos no cesaban. Todo el vecindario, la manzana completa estaba asomada a los balcones. Desde mi posicion apenas podia ver nada. Miguel se habia cruzado a el edificio de enfrente por unas pasarelas. Al parecer una chica joven yacia en el suelo, y no paraba de dejarse la voz. Por lo que nos fueron traduciendo, decia que estaba poseida por el demonio y que queria matarla. A la fiesta se unio un borracho que pasaba y que, junto a otro maleante nocturno, le llevaron a cabo una suerte de exorcismo. Mientras, una amiga trataba de que no se hiciera danyo. Se golpeaba la cabeza constantemente contra el suelo, se agitaba convulsamente y no cesaba de gritar con una voz que daba espanto.
Por alli desfilo todo el mundo. Incluso vino la policia pero no supieron que hacer. Vino una mujer mayor a recoger sus cosas y su bolso. Lo unico que sabiamos es que habia salido del bar de la esquina y que, al parecer, habia tomado algo mas que alcohol. Y se habia dado un "viaje" realmente malo porque tenia alucionaciones espeluznantes.
Entre tanto, Areia ni se inmuto pero a nosotros nos dejo en vela durante un buen rato. La escena se alargo mas de una hora. No sabemos como termino, pero es lo que tiene no alojarse en el Hilton. En los cinco estrellas no se incluyen esta clase de espectaculos.
Con algo de suenyo nos hemos arrastrado a las 6.30 fuera de la cama por motu propio. Tras desayunar y discutir con un par de conductores, hemos pactado un precio para ir a Poring de ida y vuelta. Los fines de semana es muy facil acercarse, ya que es un lugar muy popular y cada poco salen furgonetas colectivas, pero no asi los martes anodinos en medio del mes de agosto, con lo que nos veiamos cortos de opciones.
A las 8.30 hemos llegado a las fuentes termales. Poring es un gran centro, conocido sobre todo por sus piscinas de aguas sulfurosas, sus lujosisimos lodges (que no hemos probado), unas pasarelas colgantes increibles y unas cascadas muy llamativas.
Teniamos tiempo, asi que nos hemos decidido por empezar a caminar. Siempre pensamos dar unos pasitos y al final nos puede el genio y acabamos haciendo todos los senderos disponibles. Eso de "ya que...". Primero nos hemos acercado a las cascadas de Kipungit, a unos 15 minutos de camino. Hemos seguido por las cuevas de los murcielagos, que en realidad eran una serie de penyascos amontonados con unos hedientes montones de guano y miles de lianas colgando alrededor. Bonito pero no digno de ser explorado. Y, ya que estabamos, hemos pensado en seguir hasta las cascadas de Langanan, a una hora y media mas de camino. El sendero era precioso, con selva tropical virgen, miles de insectos, pajaros y, supuestamente algunos mamiferos que no hemos visto. Nada mas adentrarnos, Areia nos ha preguntado si en este camino no habrian tambien sanguijelas. Con total conviccion le hemos contestado a coro: NO!! Aqui no estan en su medio. Y nos hemos quedado tan anchos.
Hasta que la pobre ha empezado a decirnos que las veia "bailar" en el suelo. Yo me las he tenido que quitar a pares. Hoy estaban en el suelo, bajo las hojas y en las zonas mas humedas. Las encantadoras criaturas se adherian a las zapatillas y tenias que, literalmente, arrancarlas porque se colaban por los agujeros de los cordones. Hoy el pato lo he pagado yo. De una manotada he tenido que sacarme cuatro. Por suerte eran un par de tramos del camino, pero nos hemos estado haciendo chequeos cada cincuenta metros para asegurarnos de que no se convertian en "squatters" de nuestros piececillos.
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Bicho de bola malayo |
Con chupopteras y todo, el sendero ha merecido muchisimo la pena. La cascada de Langanan tiene una altura de mas de 130 metros y cae en diferentes tramos, formando unas fantasticas pozas en su base. No nos hemos banyado a pesar de la sudada tremenda que nos hemos metido,dado que al llegar se ha nublado un poco y el simple salpicar de las caidas de agua nos refrescaba enormemente. La vuelta la hemos realizado con mucha soltura y celeridad (sobre todo por los tramos de "sanguijuela city") pero hemos querido pararnos a darnos un banyo antes de la cascada de abajo, en un tramo que habia unas pozas impecables.
En total han sido 4 horas de caminata, que hemos disfrutado cada minuto. La selva tropical atrapa, cautiva. Solo mirar esos inmensos arboles, casi todos ellos abrazados y estrangulados por otros organismos, bien termitas, bien lianas, bien algunos ejemplares parasitos, escuchar como crujen las hojas, como se rompe el bambu, como caen las frutas sobre la tierra mojada. Ver como se mueven las hojas al paso de algun reptil, escuchar silbidos, chasquidos, aullidos cuya procedencia nos es imposible discernir. La selva nunca se esta callada. El silencio no esta en su vocabulario.
Antes de seguir bajando hemos querido hacer la zona de pasarelas, el "canopy" que esta montado a unos 40 metros de altura, sobre los arboles, que recorre unos 500 metros a vista de pajaro. Para acceder a el tambien habia una caminata de unos 800 metros muy agradable y donde nos hemos quedado fascinados con unas telas de aranya que cubrian mas de 100 metros cuadrados. Las pasarelas nos han encantado, no solo el hecho de caminar por esos puentes tambaleantes que parecen perderse en el infinito, sino poder observar tal fenomeno natural desde una perspectiva poco habitual.
Estabamos muertos de hambre pero los precios del restaurante del lodge eran totalmente insultantes y prohibitivos. En la calle de entrada al parque habian algunos chiringuitos y, bien sea por el desmayo que teniamos, por las ganas de sentarnos o porque realmente la comida estaba exquisita pero hemos disfrutado cada bocado.
Nos quedaba lo mas duro de la jornada: el banyo en las fuentes termales. Yo he aprovechado la coyuntura de que mi camiseta estaba empapada y, dado que las locales se banyan totalmente vestidas (vaqueros, velo y jersey incluidos) yo he hecho lo propio por encima del bikini: le he dado un enjuagon a la camiseta. Primero hemos ido a la piscina grande, que es una pileta de roca, donde Areia ha podido jugar y hacer volteretas. Luego nos hemos llenado una banyera de agua caliente para los tres y nos hemos sumergido en aguas sulfurosas, calentitas y muy agradables (no olian demasiado a huevo podrido) hasta arrugarnos como papas. Nos ha sorprendido nuestra habitual lluvia vespertina, pero no ha mermado en absoluto nuestro disfrute sino que le ha dado un toque mas especial a la tarde.
Relajados y suavecitos, nos hemos ido a tomar un cafelin a nuestro chiringuito de la comida. De esa guisa esperabamos a nuestra furgo a que viniera a recogernos. Sorprendentemente, ha venido con 45 minutos de antelacion, cuando nos habiamos acabado el cafe, justo a tiempo para bajar al pueblo. Hemos recogido a algunos escolares por el camino (entre ellos su hijo) y nos ha depositado sanos y salvos de nuevo frente a nuestro vecindario.
Y aqui andamos, en un internet cafe que hemos encontrado donde no huele a pies, hay luz y los usuarios llevas cascos. Toda una novedad. Habra que aprovecharlo!!!!!!