Los "protas"

Mi foto
De madre aventurera, hija trotamundos. Una aporta la experiencia, otra el sentido común. La suma de las dos: una serie de vivencias inolvidables y unos recuerdos indelebles.

domingo, 27 de julio de 2014

El largo viaje a Luang Prabang

Lunes 21 

El viaje prometia.

Un trayecto de mas de 400 kms en un bus nocturno con lo mas parecido a camas que puede haber. Emocion. Tal vez el vehiculo mas lujoso que hayamos encontrado en nuestros viajes. Pareciamos ninyos pequenyos jugando con los asientos totalmente reclinables. Tres filas en el ancho del bus, dos alturas. Curiosamente -o no- todos los occidentales estabamos en la parte de arriba. Sera por que tenemos las piernas mas largas? Sera porque si ruedas caes al vacio? Sera porque somos tan raros que piensan que nos gusta hacerlo mas dificil??? De cualquier modo, estabamos entusiasmados. Tanto que hasta logramos dormir los primeros 30 minutos. Debio ser la emocion. Luego anduvimos con los ojos como platos hasta que el conductor paro a hacer la parada de rigor.

Sobre las 23 horas el billete incluia un "fao". Parada breve pero suficiente y precediendo lo que esperabamos fuera unas horas de descanso.

Pero el conductor debio pensar que a el tambien le iba a entrar el suenyo. Asi que, que mejor que poner algo de musiquita para animar??? Yo recordaba esas escenas de infancia en las que, el gitano de turno salia con el sintetizador, dejaba un ritmo sonando y luego le daba a un par de teclas creando una pseudo melodia. Si a eso le anyades una voz masculina gangosa y una femenina irritante y aguda, entonces tienes la mezcla perfecta de musica laosiana.

Y el hombre no paro.

Consegui hacerme unos tapones con papel higienico. Amortiguaban un poco pero, al estar en primera fila, malamente podia huir. Le pegue dos gritos pero me ignoro. Desesperada, me enrolle un panyuelo en forma de venda en orejas y ojos. Ni con esas... A eso de las 4 cai de pura desesperacion. Pase el rato observando a Areia y Miguel, tambien tratando de descansar, y una mujer que estaba bajo de mi, protegiendo y sin quitarle el ojo a su bebe, con ese instinto maternal que te quita el suenyo, te mantiene alerta y que te tiene recogiendo los miembrecillos que se van saliendo y dando pataditas a los vecinos colindantes. Esa ternura me tranquilizo, me sirvio de sedante para no matar al conductor.

Por fin, a las 6 de la manyana, tras 9 horas de tortura musical, llegamos a Luang Prabang.

(continuara)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos encanta que nos contéis cosas, así que no seáis tímidos...

¿Qué toca hoy?

¿Qué toca hoy?
Lo que nos depare el día (por cierto, ¡son de verdad!)